El gran Gatsby, la novela de F. Scott Fitzgerald publicada en 1925, ha sido adaptada al cine en varias ocasiones, pero es la versión de 2013, dirigida por Baz Luhrmann, la que ha capturado la atención de las nuevas generaciones. La historia de Jay Gatsby, un millonario misterioso en la era del jazz, y su obsesión por recuperar el amor de Daisy Buchanan, refleja la decadencia y el sueño americano roto.
La versión de Luhrmann se destaca por su extravagancia visual, una característica que resuena con el estilo de vida lujoso que Fitzgerald retrató en su novela. La película mezcla música moderna con la estética de los años 20, creando una atmósfera vibrante que atrajo tanto a los fans de la novela como a aquellos menos familiarizados con la historia. El uso de CGI y un diseño visual estilizado elevaron la sensación de opulencia que envuelve la vida de Gatsby, mostrando su mundo como un espejismo hermoso pero vacío.
Si bien la película sigue fielmente gran parte de la trama del libro, añade un tono más exagerado y visualmente impactante que está ausente en la prosa más contenida de Fitzgerald. La actuación de Leonardo DiCaprio como Gatsby fue ampliamente elogiada por su capacidad de transmitir tanto el encanto del personaje como su trágica vulnerabilidad. Al igual que en el libro, la película se narra desde el punto de vista de Nick Carraway, quien se siente fascinado y a la vez repelido por el estilo de vida de Gatsby.
Sin embargo, una diferencia notable es la modernización de la banda sonora. Mientras la novela evoca el jazz de los años 20, la película utiliza música contemporánea, con artistas como Jay-Z y Lana Del Rey, lo que añade un toque moderno y hace que la historia sea más accesible para el público actual.
El atractivo de El gran Gatsby tanto en su formato literario como cinematográfico reside en su temática universal: la búsqueda del sueño americano, la obsesión con el pasado y la fragilidad de las apariencias. Estos temas siguen resonando hoy en día, lo que hace que cada adaptación cinematográfica se sienta relevante sin importar la época en que se realice. Además, la complejidad del personaje de Gatsby y su trágica búsqueda de un ideal inalcanzable añade una capa emocional que ha mantenido al público fascinado durante casi un siglo.
La película de 2013 logra capturar la esencia de la novela original, mientras le añade un toque visual y sonoro distintivo. El gran Gatsby sigue siendo un ejemplo emblemático de cómo una novela puede mantenerse viva y relevante a través de nuevas interpretaciones cinematográficas. La historia de Fitzgerald, con sus temas de amor perdido, riqueza efímera y sueños inalcanzables, sigue resonando tanto en la página como en la pantalla grande.
© Jaime Molina